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Rafael Lazcano (Ed.). Intellectum valde ama - Ama intensamente la inteligencia (San Agustín, Ep. 120, III, 13, 4). Homenaje al profesor Octavio Uña Juárez, Catedrático, Escritor y Poeta. Pozuelo de Alarcón, Rafael Lazcano. 2019. pp. 2035
Rafael A. LAZCANO GONZÁLEZ
Rafael A. LAZCANO GONZÁLEZ
Rafael Lazcano (Ed.). Intellectum valde ama - Ama intensamente la inteligencia (San Agustín, Ep. 120, III, 13, 4). Homenaje al profesor Octavio Uña Juárez, Catedrático, Escritor y Poeta. Pozuelo de Alarcón, Rafael Lazcano. 2019. pp. 2035
BARATARIA. Revista Castellano-Manchega de Ciencias Sociales, núm. 26, pp. 243-248, 2019
Asociación Castellano Manchega de Sociología
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Rafael Lazcano (Ed.). Intellectum valde ama - Ama intensamente la inteligencia (San Agustín, Ep. 120, III, 13, 4). Homenaje al profesor Octavio Uña Juárez, Catedrático, Escritor y Poeta. Pozuelo de Alarcón, Rafael Lazcano. 2019. pp. 2035

Rafael A. LAZCANO GONZÁLEZ
España
BARATARIA. Revista Castellano-Manchega de Ciencias Sociales, núm. 26, pp. 243-248, 2019
Asociación Castellano Manchega de Sociología

Esta monumental obra, en reconocimiento y homenaje al profesor Octavio Uña, se divide en tres tomos y consta de 2035 páginas. Sin falsas modestias, creo que el intento de reseñar esta entrega de textos inéditos supera las capacidades de estas breves páginas, pero no se valore el texto por estas páginas sino anímense los lectores a adentrarse en esta suculenta labor de organización que viene repleta de los más variados conocimientos expuestos por expertos de diferentes áreas de conocimiento. La labor es enorme pero la lectura es amena. Tampoco se trata de una declaración de atelofobia, sino un reconocimiento de la imposibilidad de estar a la altura de tarea tan compleja. Variedad que me lleva a seleccionar solo algunos de los trabajos de esta inmensa obra colectiva. Además, pido disculpas, en un ejercicio de reflexividad siempre útil en el análisis sociológico, si me alejo de la neutralidad axiológica que Max Weber indicó como principio guía de todo estudio sociológico. El profesor Octavio Uña Juárez fue mi Director de tesis, y con él he compartido despacho prácticamente durante 4 años, como becario predoctoral del entonces departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Rey Juan Carlos. Y, en efecto, esta obra es un libro homenaje al Profesor, sociólogo, poeta y filósofo de largo recorrido y de renombre internacional, que ha protagonizado la construcción y la institucionalización de la sociología en España.

Es indudable que este libro puede ser considerado un punto álgido en su larga y prestigiosa carrera, después de tantos años de duro y honesto trabajo, no siempre reconocido adecuadamente. Estos volúmenes inauguran la Escuela de Octavio Uña. Así como hubo una Escuela Durkheimiana o una Escuela de Frankfurt, a partir de ahora se ha constituido una escuela de los alumnos, amigos y discípulos de Octavio Uña. No todos los grandes sociólogos del pasado tuvieron una escuela: pensemos, entre otros, en Max Weber, quien, de hecho, a veces fue mal interpretado por Parsons y por otros autores que no siempre fueron fieles a su pensamiento. En este caso se perfila una escuela hecha de amigos fieles -todavía existen algunos alumnos que son leales y ejercen el don de la gratitud-, colaboradores en congresos e investigaciones, compañeros, etc. En síntesis, “una verdadera escuela de jóvenes escritores” (Rafael Lazcano, 2019: 20).

Cabe destacar también, antes de entrar en el análisis de la obra, la espléndida edición llevada a cabo por el editor, Rafael Lazcano: la imagen de la biblioteca de El Escorial representa gráficamente la vida de Octavio Uña, y nos recuerda estas conversaciones dulces y placenteras ante un buen café o un vermú.

El presente libro no es sólo un libro de sociología, de hecho, reúne escritos teóricos, empíricos, poemas, etc. Lo cual no sorprende en absoluto a aquellos que conocemos de cerca a Octavio Uña: tanto desde la revista Barataria, como en el Congreso de la Asociación Castellano-Manchega de Sociología (ACMS), en cuyo germen actuó como promotor, siempre han estado abiertos a todos los campos del saber, afines a las ciencias sociales, a la literatura, a la poesía, y han rechazado la hiperespecialización. La misma producción de Octavio Uña ha ido significativamente más allá de la sociología, abarcando disciplinas y temáticas muy variadas. Muchos son los ensayos, breves o largos, y los escritos, que se pueden encontrar en los tres volúmenes que componen esta obra: desde el reconocimiento intelectual y afectivo de su compañera de viaje, la profesora Mercedes Fernández Antón, hasta el relato sobre su vida y sus obras llevado a cabo por el mismo editor, Rafael Lazcano. Desde los recuerdos de su paso por las cátedras de Galicia, Castilla-La Mancha y Madrid, hasta las consideraciones del actual presidente de la FES, Manuel Fernández Esquinas, que reivindica el saber sociológico como un saber científico y neutral, y que, entre otras cosas, recuerda que la sociología es una ciencia propia, autónoma, separada, aunque no contrapuesta o enemiga de otros saberes, como pueden ser la economía y la psicología. Esto no significa, de todas formas, que los sociólogos se tengan que encerrar en su disciplina, como si tuvieran miedo por sufrir contaminaciones, o que no puedan utilizar con provecho aportaciones y teorías de otras disciplinas. De hecho, el mismo Weber, en Economía y Sociedad, intentó acercar la sociología y la economía, los dos grandes amores de su vida, y, más recientemente, Álvaro Estramiana y Alicia Garrido Luque (2007), han predicado la necesidad de dar mayor espacio a la psicología social sociológica. La sociología se ha abierto en los últimos años, entre otras cosas, al estudio de las emociones, como demuestran los estudios de Hochschild o las reflexiones teóricas de Bericat Alastuey (2000).

Como dice, con acierto, Fernández Esquinas (2019: 119): Octavio tiene una “sensibilidad humanística”, que ha aplicado en la práctica sociológica, lo cual constituye una virtud rara avis en épocas como las actuales, dominadas por el análisis multivariable y el dominio de la hiperespecialización. El discurso del profesor Uña es un discurso grave e históricamente acumulativo, y desde este punto de vista se distancia de los análisis ahistóricos y atemporales de ciertos autores estructuralistas, obsesionados por la búsqueda de las estructuras formales, y se asemeja mucho más al discurso de Max Weber que, de hecho, llegó a utilizar de forma casi compulsiva, a lo largo de sus obras, el método histórico-comparativo (Ramos Torre, 2001; Tardivo, 2016: 86).

No faltan en esta obra colectiva escritos y saludos de sociólogos y profesores internacionales, de renombre mundial, como el mismísimo Peter Berger, fallecido en 2017, y que fue uno de los maestros y referentes intelectuales de Octavio. Y otros, como Mario Morcellini, Hellmut Wollmann, Roy Boland y Gamal Abdel-Karim, entre otros.

En resumen, la variedad y la multidisciplinariedad de la presente obra no son el resultado de un capricho, sino que representan el espejo fiel de la producción del homenajeado. Dice José Antonio Díaz Martínez, a este respecto: “no se puede separar su perspectiva sociológica, filosófica y su obra poética” (Rafael Lazcano, 2019: 141). Después, se siguen los homenajes de varios alcaldes, maestros, alumnos, presidentes de asociaciones y fundaciones, que con él han colaborado y trabajado.

Numerosos son los temas sociológicos que se abordan en esta obra. Es el caso de las reflexiones teóricas sobre los movimientos colectivos y las revoluciones, llevadas a cabo por Ramón Adell Argilés, en el segundo tomo. Aquí aparecen los temas y los nombres clásicos de la sociología histórica. Aunque el autor profundice sobre el Madrid del 14 de abril de 1931, hace referencia a los clásicos de esta disciplina, a veces injustamente dejada en un segundo plano. Como ha dicho Theda Skocpol (1984: 439), en su celebérrimo texto Los Estados y las Revoluciones Sociales, las situaciones revolucionarias dependen a la vez de la estructura organizacional del Estado y de la posición del Estado respecto a otros Estados extranjeros. En síntesis, no se puede olvidar la situación internacional en el análisis de las revoluciones. Podemos añadir que, de todas formas, no existen principios universales del cambio histórico (Skocpol, 1984: 444-445), así como tampoco está predeterminado el cambio hacia el progreso y las mejoras continuas, como aparecía en la visión decimonónica comtiana y en su ley de los tres estadios. Como dice Ramón Ramos, hay procesos de diferenciación y de desdiferenciación, y el orden lógico no coincide a la fuerza con el orden cronológico. Este texto se inserta en esa corriente de pensamiento que no se centra exclusivamente en la importancia de las minorías en los procesos revolucionarios (Skocpol, 1984: 450), pero tampoco podría entrar en la tradición colectivista, que se focaliza sólo en las grandes estructuras y en los procesos macro. También en la historia, de hecho, al igual de lo que ocurre en la sociología, se hace necesario un ensamblaje entre las tres perspectivas, macro, meso y micro. Se trata de algo que han puesto en evidencia los teóricos de la nueva sociología del individuo (Tardivo y Díaz Cano, 2019: 347). Este texto, más allá de los acontecimientos que narra, que se centran en la España del periodo anterior a la Guerra Civil y a la proclamación de la II República, reivindica la necesidad de recuperar la dimensión histórica en el análisis de los hechos sociales. La sociología histórica, como dice José Luis Ledesma, tiene que recuperar la praxis en la investigación social que tuvo en otras épocas. Y tiene que volver a prestar atención a la agencia individual, aunque en el ámbito de determinadas estructuras socio-económicas, reduciendo, complejizando y cuestionando el monismo causal. En síntesis, sigue siendo válida la consideración de Bourdieu, quien consideraba la separación entre historia y sociología como desastrosa y sin bases epistemológicas. Urge salir de las visiones dicotómicas de las protestas sociales, que para muchos serían resultado del hambre, -y que representarían, por ende, un desajuste, como ocurre en el funcionalismo parsoniano, o, en última instancia, de la situación económico-material y de las relaciones de producción, como ocurre en la idea materialista marxista, que se centra más en las estructuras que en los agentes.

El contenido siguiente, viene de la mano del profesor Ion Andoni del Amo Castro, y resulta interesante sobre todo por dos motivos: hace un recorrido histórico sobre las conexiones vasco-manchegas, que también se encuentran en el periplo vital de Octavio Uña, y recuerda la importancia de la reflexividad en la sociología. Así, el hecho de reconocer desde el principio la propia posición como observador, respecto a la realidad observada, es un ejercicio de honestidad intelectual que todavía muy pocos suelen hacer: se encuentra en el Toynbee de Civilization on Trial o en el mismo Bourdieu. Temas centrales en este texto son la importancia de las redes sociales en las migraciones y el contexto histórico de un País Vasco ya entrado en la modernidad cuando el resto de España era todavía una sociedad, en gran medida, campesina, y todavía no había conocido la industrialización (Nadal y Carreras, 1990). Así, según el autor, se han formado y forjado la identidad vasca y el mismo nacionalismo. Aunque cabe recordar que hay artículos y estudios recientes que han mitigado esta idea: es el caso de Rafael Leonisio, y de otros historiadores como Fernández Soldevilla y Florencio Domínguez: “No hubo un pueblo vasco levantado en bloque contra el franquismo, sino que predominó la acomodación, sin olvidar la colaboración de muchos con el régimen” (Leonisio, 2018: 230). Del Amo Castro recuerda el rol peculiar desarrollado a lo largo de los años por la iglesia vasca, un tema todavía poco tratado en la literatura politológica e histórica, nacional e internacional. Además, el autor vuelve a recordar los años de la Transición en el País Vasco, con la ikurriña y la música como símbolos contraculturales y de expresión de libertad, capaces de incluir a los nativos y a los inmigrantes a la vez; desde los cantautores al punk, que se mezclaba con el movimiento contra el servicio militar obligatorio.

No faltan, en el segundo volumen de la presente obra, estudios e investigaciones sobre otros fenómenos importantes en de la Edad Contemporánea, como, entre otros, el ocio, la educación, el turismo y la inmigración. Sobre esta última cuestión, que desde hace tiempo ha hecho su ingreso en la agenda política y mediática española, se profundizan aspectos como los estereotipos y los prejuicios, y temáticas como la identidad colectiva. José Manuel Canales Aliende, por otro lado, se centra, en la crisis de las democracias representativas que es, al mismo tiempo, una crisis general que afecta a los partidos políticos tradicionales. Las reflexiones del profesor Canales comienzan con un excursus histórico sobre Pericles y la democracia griega. En efecto, cabe preguntarse: ¿Existe en la historia un discurso más sociológico que el que hizo Pericles a los atenienses: “Por una ciudad así mereció la pena morir”? (Tardivo, Díaz Cano y Martínez Moure, 2019: 19). Ciertamente, hemos pasado de 46 sistemas democráticos de 1976 a los actuales 114 o 119, y aun así no podemos considerar ganada la partida en favor de la democracia. Vuelven a reaparecer por doquier las tentaciones y tendencias autoritarias, como demuestra el reciente caso de Dresde, una ciudad en la que se ha proclamado el estado de emergencia democrática por el crecimiento de los movimientos neonazis. Canales, al igual que Max Weber cuando habló del surgimiento del capitalismo, sabe que todos los hechos sociales son pluricausales y que, por ende, no se puede responsabilizar sólo a la globalización por la actual crisis de la democracia. Desde el peso creciente de los lobbies, hasta la crisis de los partidos políticos tradicionales, desde el triunfo del mercado a la pérdida de visión del espacio público, el autor encuentra más de veinte posibles causas de la actual crisis de la democracia. Además, destaca otro fenómeno: por primera vez, el desarrollo tecnológico se acompaña a mayor pobreza y a aumento de las desigualdades. Se vuelve a la infantilización de las masas, presente en el mundo de la publicidad y del consumo, y a la idea del enemigo culpable de todos los males de la sociedad.

Castaños Bustos, por otro lado, profundiza sobre el tema educativo y de un modo especial reflexiona sobre el papel de la Formación Profesional, que en los últimos tiempos parece haber superado los estereotipos que históricamente la han acompañado en nuestro país. Los datos estadísticos hablan de un aumento de los matriculados en módulos de FP en los últimos años (Tardivo, Díaz Cano y Suárez-Vergne, 2019). La debilidad histórica de la FP española se asocia con la debilidad y el retraso del proceso de industrialización en la Península Ibérica, como sostiene la misma autora. El texto llega a confirmar, por lo menos en parte, las consideraciones de Carabaña sobre los problemas del sistema educativo español: más que el presunto clasismo que relega a los estudiantes menos brillantes en módulos de Formación Profesional, la gran lacra del sistema educativo español sigue siendo el elevado fracaso escolar que afecta a los estudiantes de nuestro país (Carabaña Morales, 1988).

Por otro lado, la profesora de metodología de la UCM, M.A. Cea D’Ancona, pone en evidencia los riesgos de medición que pueden influir sobre los resultados de las encuestas sobre racismo y xenofobia, como el hecho de que no sepan captar “las distancias entre los decires y los haceres”, como diría Enrique Martín Criado. La teoría del contacto o conocimiento mutuo, dice Cea D’Ancona, confirma que los contactos aminoran los estereotipos y prejuicios. En realidad, las pruebas empíricas, hasta el momento, no lo han confirmado siempre y, en algunos casos, se ha producido incluso el efecto contrario. La psicología social psicológica, con autores como Allport, Pettigrew o el mismo Tajfel, ha tenido una relevancia especial, desde este punto de vista, es decir en el estudio de las consecuencias del contacto. Cea D’Ancona subraya también el papel de los medios como creadores de prejuicios hacia los inmigrantes.

En la presente obra colectiva tampoco faltan estudios sobre la Globalización (Uña Juárez, 2007). Es el caso del texto de Entrena-Durán, catedrático de la Universidad de Granada. El autor retoma el debate, del que ya nos habló Giddens, entre escépticos, transformacionistas e hiperglobalizadores. Sin duda, la Globalización es un proceso complejo y multifacético, es un torbellino que no puede ser reducido a la occidentalización del mundo. Entrena-Durán piensa, al igual que Rodrik (2011: 113), que el estado no tendría que desaparecer, sino que tendría que cumplir en la actualidad con otras funciones, como la función de reajuste y redistribución. Si la Globalización se ve acompañada de estructuras de Estado más débiles, entonces se generarán mayores desigualdades (Tardivo, Díaz Cano y Martínez Moure, 2019: 176). La Globalización, a la vez, es el resultado de procesos de desterritorialización y descentralización de la producción, al crecimiento del peso de las multinacionales y de la financiarización de la economía, procesos descritos recientemente, entre otros, por Massó y Pérez Yruela (2017).

El capítulo escrito por el profesor de la URJC, Maximiliano Fernández Fernández, tendría que convertirse en lectura obligatoria para todos los estudiantes de TFG de nuestro sistema universitario: Fernández Fernández recoge el debate sobre las distintas fases que tendrían que caracterizar un proyecto de investigación o un artículo científico.

Por otro lado, el profesor Díaz Cano, hablando de Max Weber, que Octavio suele definir como el alemán más grande de todos los tiempos, retoma la clásica distinción entre la visión durkheimiana de los hechos sociales como cosas, y la llamada comprensión weberiana, que dará lugar con su influencia al interaccionismo simbólico y, más en general, a toda perspectiva microsociológica, es decir una sociología más centrada en la agencia y en el individuo y menos en las estructuras sociales. Weber definió la sociología como una “endiablada ciencia” (Rafael Lazcano, 2019: 1180). Se trata de una definición muy distinta a la que dio Comte, que presentó a los sociólogos como si fueran los nuevos sacerdotes de la humanidad. El capítulo escrito por Díaz Cano, aunque centrado en Max Weber, vuelve a redescubrir el papel esencial ejercido por Simmel en la institucionalización de la sociología en Alemania. Efectivamente, sólo en los últimos tiempos, se ha entendido la importancia de este gran pensador, y no sólo por sus reflexiones acerca de la moda, que sería utilizada de forma simbólica, en el doble proceso de imitación y diferenciación. Si la sociología ha sido aceptada como disciplina académico-científica, esto se debe en gran medida a grandes académicos como el mismo Weber o como nuestro querido amigo y maestro, Octavio Uña Juárez. La segunda parte del profesor Díaz Cano se centra sobre todo en el concepto de raza. Cabe recordar que un modernísimo Durkheim ya en El Suicidio, es decir en el lejano 1897, había puesto en duda este concepto, afirmando que las poblaciones no se suicidan más o menos por la sangre que corre en sus venas, sino por el entorno en el que han sido socializados.

Otro texto de especial interés para los sociólogos y los científicos políticos es el de los profesores de la URJC, Roberto Barbeito y Ángel Iglesias, que se encuentra en el tercer volumen de la presente obra. Como ya dijo Castells, tanto en La era de la información, como en La Galaxia Internet, varios elementos se entremezclaron en la constitución de Internet. En la creación y consolidación de la red de redes actuaron conjuntamente distintas y variadas culturas: desde la cultura hacker, es decir la cultura no de los piratas informáticos sin escrúpulos, sino de los ingenieros que compartieron conocimientos sin tabúes y restricciones, hasta la cultura de los empresarios, pasando por la cultura okupa y de los movimientos sesentayochistas e incluso por la misma cultura neonazi.

Nuestros autores, en este caso, se centran en profundizar el caso de Podemos. Se trata de un partido que parece haber perdido, con el paso del tiempo, el espíritu horizontal que lo animó al principio, y que parece haberse enfermado de un virus común, que afecta a todos los partidos, y que Michels resumió en su ley de hierro de la oligarquía. Los dos autores prefieren hablar de grandes fases, en lugar de grandes olas, que daría una idea equivocada, como si entre una ola y otra no se encontrara absolutamente nada. Sin embargo, entre una fase y otra sí que existen movimientos, aunque en gran medida se quedan latentes y subterráneos. Utilizando una metáfora, podríamos decir que se trata de algo parecido al río Guadiana, que aparece y desaparece con una fuerza tranquila. Algo semejante sucede con los movimientos populares, en el celebérrimo cuadro Il Quarto Stato del pintor italiano Pellizza da Volpedo. Marina Garcés, recientemente, ha hablado de la necesidad de un nuevo pensamiento radical (García, 2017), para enfrentarse a los cambios que se han producido en los últimos años.

En conclusión, la multiplicidad de los temas tratados en este libro, lejos de representar un límite, refleja la vida de Octavio Uña. Sus amigos sabemos que las conversaciones con él podían empezar hablando de sociología contemporánea y terminar, sin ninguna contradicción, discutiendo de San Agustín, del Imperio Romano o de El Escorial.

Material suplementario
BIBLIOGRAFÍA
Álvaro Estramiana, J.L. y Garrido Luque, A. (2007) “Orígenes sociológicos de la psicología social”. REIS, 118, pp. 11-26.
Bericat Alastuey, E. (2000) “La Sociología de la emoción y la emoción en la sociología”. Papers, 62, pp. 145-176.
Carabaña Morales, J. (1988) “La Formación Profesional de primer grado y la dinámica del prejuicio”. Política y Sociedad, 1, pp. 53-68.
Garcés, M. (2017) Nueva ilustración radical. Barcelona: Anagrama.
Lazcano, R. (Ed.) (2019) Intellectum valde ama. Ama intensamente la inteligencia. Homenaje al profesor Octavio Uña Juárez. 3 volúmenes. Madrid.
Leonisio, R. (2018) “Pardines, cuando ETA empezó a matar. Reseña”. Revista Española de Ciencia Política, 48, pp. 229-233.
Massó, M. y Pérez-Yruela, M. (2017) “La financiarización en España: ¿la emergencia de un nuevo modelo de acumulación”. REIS, 157, pp. 103-122.
Nadal, J. y Carreras, A. (Coords.) (1990) Pautas regionales de la industrialización española (siglos XIX y XX). Barcelona: Ariel.
Ramos Torre, R. (2001) “La ciudad en la historia: comparación, análisis y narración en la sociología histórica de Max Weber”, Política y Sociedad, 38, pp. 45-67.
Skocpol, T. (1984) Los Estados y las Revoluciones Sociales. Un análisis comparativo de Francia, Rusia, China. FCE: Méjico.
Tardivo, G. (2016) Aproximación a la sociología contemporánea. Barcelona: UOC.
Tardivo, G. y Díaz Cano, E. (2019) “40 años del secuestro y asesinato de Aldo Moro. La estrategia de la negociación de Craxi contra el muro de la firmeza”, Pasado y Memoria, 18, pp. 345-365.
Tardivo, G., Díaz Cano, E. y Martínez Moure, O. (2019) Sociología del consumo. Madrid: Paraninfo.
Tardivo, G., Díaz Cano, E. y Suárez-Vergne, Á. (2019) “La nueva imagen de la FP entre los jóvenes universitarios madrileños del área de Ciencias Sociales, Comunicación y Ciencias de la Educación”. RIMCIS, 8, pp. 25-50.
Uña Juárez, O. (2007) Las dimensiones sociales de la Globalización. Madrid: Paraninfo.
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